Seguramente, como consecuencia de la crisis económica que está azotando a medio planeta, habrás oído decir que las aseguradoras están perdiendo dinero. Pues bien, hay que decir que por este motivo, muchas compañías que se dedican, como tantas otras, a asegurar vehículos del tipo que sean, han tenido que tomar cartas en el asunto y establecer una serie de protocolos a partir de los cuales que puede ahorrar una buena cantidad de dinero. Un gran filón para aumentar su margen de beneficio ya que si siguen cobrando lo mismo por las pólizas pero gastan menos a la hora de tener que llevar a cabo las reparaciones, el negocio está montado.

Un protocolo el que acabamos de comentar que se basa en dos pilares fundamentales dentro del mundo del motor que son los siguientes. Por un lado se trata de ahorrar en todo lo que tiene que ver con reparaciones del tipo de chapa y pintura y, por otro lado se intenta ahorrar costes, y aumentar los beneficios, en las reparaciones graves como pueden ser aquellas en las que hay que sustituir el motor de un coche por otro.

En el primero de los casos es muy habitual, de hecho cada día lo es más, el ver cómo las aseguradoras contratan servicios de tipo low-cost sobre todo para aquellos asegurados que no tienen contratadas pólizas muy completas. Este tipo de servicios se llevan a cabo en talleres en los que las reparaciones son muy rápidas pero la calidad no es del todo óptima. Sin embargo, teniendo en cuenta que en la chapa y la pintura lo que se trata en muchos casos es de lograr el color correcto, no son pocas los asegurados a los que el resto, la duración por ejemplo, no les importa mucho.

Para la segunda de ellas, recurren a los motores segunda mano coches. Para ello lo que hacen, y cada día es una práctica más extendida, llegan a acuerdos con algunos talleres que trabajan directamente con los desguaces de más calidad de un lugar concreto con el objetivo de conseguir unos precios realmente competitivos. Y todo ello con un añadido que no es otro que el de lograr que los responsables de estos desguaces y talleres, den una garantía en caso de que la reparación no deje satisfecho al cliente. Más que nada porque, como te puedes imaginar, un cliente que no queda satisfecho puede ser un asegurado menos y eso es algo que no se pueden permitir.