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La palabra antibiótico viene del griego anti “contra” y bios “vida”. Es decir, un antibiótico es un compuesto químico que sirve para eliminar o impedir el crecimiento de organismos infecciosos en personas y en animales. Los antibióticos son producidos por el metabolismo de organismos vivos. 

Un organismo, como por ejemplo un hongo, produce compuestos orgánicos que resultan tóxicos para otro organismo. Hoy día el término antibiótico se usa también para referirse a compuestos sintéticos o compuestos artificiales.

En la actualidad los antibióticos como la penicilina, amoxicilina, eritromicina, etc. se usan para combatir cualquier cantidad de enfermedades. Sin embrago, muchas de estas enfermedades también se podrían curar a base de plantas, frutas y hortalizas.

La ventaja de los antibióticos naturales es que, a diferencia de los sintéticos, no causan efectos secundarios. La naturaleza produce incontables sustancias que inmunizan al cuerpo humano contra virus y bacterias nocivos. Por ejemplo, el brócoli contiene sulforano que ayuda a prevenir el cáncer. Otras hortalizas que previenen el cáncer son las crucíferas, las papas, los frijoles, las espinacas y los rábanos.

antibioticos

Organos sulfurados encontrados en el ajo y la cebolla ayudan a reducir tumores y evitar ataques al corazón.

Las plantas, las frutas y las hortalizas contienen sustancias que las hacen los mejores antibióticos naturales. Las vitaminas y minerales que contienen las plantas, las frutas y las hortalizas ayudan al corazón, el cerebro, la piel, los huesos y los sistemas inmunitario y nervioso. Los antioxidantes protegen el cuerpo de radicales libres que causan el cáncer. Los aminoácidos influyen en casi todas las funciones del cuerpo.

Información proporcionada por Patricio Pino sobre los antibióticos naturales

Mis antibióticos naturales de amplio espectro y gran poder residual son aplicados en su estado puro. Los llamo “LA MEZCLA DE LAZARO” (porque levantan a muerto), cuya base es: ajo, cebolla, limón y ají chile picante (todos en estado crudo) y que aportan al sistema inmunológico vitamina C, vitamina A, ácido ascórbico, ácido caisacina, fósforo, potasio, azufre, magnesio, etc.(los principios activos). Y constan de tres acciones terapéuticas generales aplicables:

1- Bronco Expectorante: con aditivos de “ambay”, para neumonías, pulmonías, tos, resfríos, gripes, fiebres, anginas y todo lo relacionado a infecciones pulmonares y vías respiratorias.

2- Vaso Dilatadoras y Sudoríficas: con la asimilación paulatina de los 4 productos bases (ajo, cebolla, limón y ají chile picante) por separados para su mejor asimilación con sus diferentes virtudes para que el cuerpo tenga tiempo de absorber por separado los distintos ácidos, vitaminas y minerales para: infecciones en general (pus), inflamaciones, vasodilatador (afrodisíaco),  dolores por lesiones, sudorífico y depurativo de la sangre, obstrucciones arteriales, colesterol, levantamiento y abastecimiento general del sistema inmunológico.

3- Reumático – Artrósico Degenerativo: con aditivos  de “poroto lupínes y aloe vera” como aportantes de vitaminas A y E (antioxidantes), para todo lo relacionado a los problemas de articulaciones, para disminuir el ácido úrico y colesterol en concentraciones aceptables en sangre (disminución de radicales libres oxidantes), aportando otros productos con características antioxidantes y regenerativas.

Todos los procesos son acompañados con distintas dietas y actividad física especificas para cada afección y dosificaciones exclusivas. Al ser vaso dilatadores pueden descompensar drásticamente presiones arteriales en organismos delicados y también descompensar la flora intestinal por la falta de costumbre con estos alimentos tan ácidos, los cuales debe adaptarse gradualmente a su incorporación en la dieta.

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Por lo general también se piensa que estas especies vegetales muy ácidas generan úlceras y hemorroides, desacertada creencia ya que se piensa que el ardor que sienten es debido a que estas están causando las lesiones y solo están siendo digeridas por las zonas afectadas, las recomendé (con una incorporación muy gradual y de a poco) en personas con estas afecciones y se recuperaron por completo cauterizando, cicatrizando y regenerando estas heridas internas, de a poco y siempre acompañados por dietas complementarias.

Desconozco fehacientemente algunas otras posibles virtudes que pudieran tener estos productos vegetales, pero no tengo ninguna duda que existen muchas mas, solo que yo no garantizo sus otros tantos efectos terapéuticos y estimulantes en general ya que no los comprobé en la práctica.

Espero le sean de utilidad los conocimientos que heredé  de mis ancestros y que comparto sin ningún recelo ni egoísmo de mis conocimientos, ya que lo único que me importa es que la humanidad tenga a su alcance métodos simples, económicos y auténticamente sanos para sus afecciones, cuyas costumbres culturales vienen de muy antes y que nadie puede apropiarse ya que la especie humana evolucionó con estos medicamentos naturales y gracias a ellos sobrevivió a grandes enfermedades y pandemias.

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